Doctor Antonio Orellana Tobar fue recibido como nuevo Miembro honorario de la Academia Chilena de Medicina
Nota: Gonzalo Battocchio / Fotos: Denis Isla /Universidad de Valparaíso
El Dr. Antonio Orellana Tobar, que actualmente es decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, fue nombrado Miembro honorario de la Academia de Medicina de Chile, en reconocimiento a su fructífera trayectoria y sobresalientes contribuciones al progreso de la disciplina, la educación médica y la salud pública de nuestro país.
El destacado neurocirujano y docente fue aceptado como nuevo integrante de esa prestigiosa institución, que reúne a los más renombrados médicos a nivel nacional, tras dictar la conferencia titulada “La Rosa de Paracelso. Reflexiones sobre la relación maestro-discípulo”.
Su incorporación se concretó durante una solemne ceremonia que se realizó en el Salón de Honor del Instituto de Chile, en Santiago, la cual fue encabezada por el presidente de la Academia, Emilio Roessler, quien en la ocasión estuvo acompañado por el secretario académico y la tesorera de esa corporación, Marcelo Wolff y Gloria Valdés, respectivamente.
A ellos se sumaron la ministra de Salud, Ximena Aguilera; la secretaria general del Instituto de Chile, Silvia Westermann, y el rector de la Universidad de Valparaíso, Osvaldo Corrales, junto a representantes de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech), la Corporación Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas (Conacem) y la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (Sonepsyn), además de amigos y familiares del doctor Orellana.
Por parte de la UV también asistieron el prorrector Christian Corvalán; la vicedecana de la Facultad de Medicina, Susana Cáceres; la directora de la Escuela de Medicina, Catherine Soto, y un grupo de docentes de ese plantel.
Los méritos del doctor Antonio Orellana fueron presentados a la Academia por el profesor emérito de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso y miembro honorario de dicha corporación, Fernando Novoa, quien en su discurso de recepción expuso una breve semblanza de su colega y nuevo miembro, y se refirió a las motivaciones que sustentaron su nombramiento.
En particular, Novoa mencionó los considerables y decisivos aportes que el actual decano de la Facultad de Medicina de la UV ha hecho durante su vida profesional y académica a la formación y la educación médica, tanto a nivel de pregrado como de postgrado, aspecto en el que —sostuvo— se ha distinguido por su crítica alusiva a los contenidos que en general prevalecen hoy en los currículos de las carreras de medicina, que a su entender privilegian excesivamente el conocimiento técnico científico, en desmedro de los saberes humanistas y la comprensión biológica de las personas, en cuanto pacientes.
En línea con lo anterior, el doctor Novoa resaltó la colaboración que Orellana ha brindado a un grupo de trabajo de la Academia de Medicina de Chile que está dedicado a perfeccionar la educación médica, aportando de gran manera a la resolución de interrogantes tales como cuál debiera ser el perfil de los egresados, qué características deben tener a su vez los docentes que forman a los futuros profesionales de la medicina y qué capacidades y cualidades hay que exigir a quienes postulen a la carrera, entre otras cosas.
Aceptación
El doctor Antonio Orellana fue aceptado como nuevo integrante de la Academia de Medicina de Chile tras dictar la conferencia titulada “La Rosa de Paracelso. Reflexiones sobre la relación maestro-discípulo”.
El neurocirujano y académico de la UV inició su intervención agradeciendo en primer término a los miembros de esa corporación, por haberlo propuesto para esta distinción y, posteriormente, a su familia y maestros, de quienes —afirmó— heredó su sentido de responsabilidad y preocupación por la importancia y trascendencia de la formación médica.
Aludiendo al afamado cuento de Jorge Luis Borges, Orellana planteó que es maestro quien sabe comunicar y encender el entusiasmo y poder vocacional en los que lo escuchan y es capaz de atraer al alumno hacia la disciplina que desarrolla.
“El maestro es quien atiende, quien estimula el pensamiento, no el que presenta los milagros del conocimiento, sino el que es capaz de sugerir el camino para hallarlos. La modernidad prefiere la certeza a la verdad. Sin embargo, una verdad no necesitamos demostrarla. En ese sentido, debemos mirar y reflexionar sobre nuestra realidad. De ahí surge por tanto la necesidad de cuidar la calidad de la educación médica en nuestro país, tan prestigiada mundialmente y que por razones del progreso y de la mano de la tecnología está poniendo en riesgo la permanencia de la integridad en ella”, argumentó.
Merecido reconocimiento
Finalizada su presentación, el decano Antonio Orellana fue oficializado como nuevo miembro honorario de la Academia de Medicina de Chile con la entrega del diploma que acredita su calidad de tal de parte del presidente de esta corporación, Emilio Roessler, quien acompañó ese gesto con la frase: “Reciba nuestro más sincero aprecio y admiración. Sin duda usted será un gran aporte para nosotros”.
Sus palabras también las hizo suyas la ministra de Salud y miembro correspondiente de la Academia, Ximena Aguilar, quien felicitó y agradeció al doctor Orellana por sus decisivos aportes a la salud pública del país.
Trayectoria
El doctor Antonio Orellana Tobar nació en Valparaíso, en 1948. En 1973 se tituló de médico cirujano en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, sede Valparaíso, actual UV, plantel en el que también cursó la especialidad en Neurocirugía, de la que se graduó tres años más tarde con las más altas calificaciones. Este logro le hizo merecedor de una beca del Gobierno de Francia para cursar estudios de perfeccionamiento en el ámbito de la cirugía vascular encefálica en el Hospital de la Pitié de París, bajo la supervisión del afamado médico galo Bernard Pertuiset.
Durante su dilatado ejercicio profesional fue jefe del Servicio de Neurocirugía y subdirector médico del Hospital Carlos van Buren de Valparaíso y ocupó otros diversos cargos y responsabilidades en centros asistenciales y organizaciones vinculadas a la salud pública regional y nacional, lo que le valió recibir importantes distinciones y reconocimientos, como la Medalla “Doctor Harvey Williams Cushing”, que le otorgó la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (Sonepsyn), y las medallas “Profesor Héctor Valladares Arriagada” y “Profesor Alfonso Asenjo Gómez”, que a su vez le entregó la Sociedad de Neurocirugía de Chile.
Desde 2011 ejerce como decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso, casa de estudios de la que también es profesor titular. Como académico de su Escuela de Medicina ha sido docente y profesor encargado de la formación de becados en Neurocirugía, director del Departamento de Especialidades Quirúrgicas y director de su área de Postgrado. También se desempeñó como representante de la Rectoría ante el Consejo de la Universidad.
En el ámbito de la investigación, es autor de decenas de trabajos científicos, entre ellos el titulado “Desarrollo de la telemedicina para la transmisión e interacción sincrónica de imágenes cerebrales”, del que fue su investigador principal.
En el ámbito gremial, el decano preside en la actualidad la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech) y es director de la Corporación Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas (Conacem), además de miembro titular representante del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas ante la Comisión Técnica de Invalidez de la Superintendencia de Pensiones de Chile. Con anterioridad también presidió la Sociedad de Neurocirugía de Chile.
A nivel internacional, el doctor Orellana es socio activo de diversas instituciones médicas y profesionales, como la World Federation of Neurosurgical Societies y la Federación Latinoamericana de Neurocirugía, y en 2021 lideró la Red Andina de Facultades de Medicina. También fue miembro destacado de la Federación Panamericana de Facultades y Escuelas de Medicina y del Comité de Educación de la Federación Latinoamericana de Neurocirugía.
En el plano local, en 2007 fue nombrado Hijo Ilustre de Valparaíso, reconocimiento que recibió de parte del municipio de la ciudad.