Dr. Juan Hepp es nombrado Maestro de la cirugía chilena

Desde 1945 la Sociedad de Cirujanos de Chile entrega esta importante distinción a quienes se han destacado por su trayectoria profesional y humana en el ámbito de la cirugía, trabajo clínico asistencial y académico. El Dr. Juan Hepp fue el jefe del primer equipo médico, el año 1985, en realizar un trasplante de hígado con sobrevida en Chile, es integrante del directorio de la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia. Fue médico director de Clínica Alemana entre 2012 y 2018. En la Universidad del Desarrollo es parte de Consejo Directivo además de profesor titular de la Facultad de Medicina. En el 2017 fue incorporado como Miembro de Número de la Academia Chilena de Medicina del Instituto de Chile, es miembro honorario del American College of Surgeons, European Surgical Association y American Surgical Association. Tal como lo dice el Dr. Alejandro Barrera, presidente de la Sociedad de Cirujanos de Chile, esta importante distinción se debe a su larga, fructífera y activa vida quirúrgica, formadora de cirujanos y cuyas cualidades humanas y científicas son ejemplares.

¿Qué significa para usted recibir esta distinción?

La Sociedad de Cirujanos de Chile fundada en 1942, otorga la nominación de “Maestro de la Cirugía Chilena” desde el año 1945, designando al Profesor Dr. David Benavente como el primer Maestro.

Dado el significado de este reconocimiento quirúrgico, es una gran satisfacción haber sido considerado merecedor de este nombramiento.

¿Qué lo motivó a especializarse en cirugía y, en particular, en trasplantes?

Desde joven estudiante de medicina tuve claro que mi vocación era la cirugía, la cual pude conocer desde el primer año de estudios gracias a la oportunidad de compartir en el Hospital de Purranque con mi padre médico y otros jóvenes profesionales.

¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentó al realizar el primer trasplante hepático en Chile? y ¿Cómo ha evolucionado la cirugía de trasplantes en Chile desde 1985?

Tuve la oportunidad de conocer de los trasplantes de hígado durante una estadía de perfeccionamiento en Hannover – Alemania durante los años 1981-82, cuando los trasplantes de hígado se encontraban en sus inicios y se realizaban en pocos centros en el mundo, antes de su validación terapéutica del año 1984. A mi regreso en Chile había gran desconocimiento entre los médicos sobre el tema, desconfianza en el procedimiento y se pensaba que no era un buen tratamiento para enfermedades hepáticas. En el país se realizaban algunos trasplantes de riñón y el Dr. Kaplan había tenido que suspender su programa de trasplante de corazón por las limitaciones existentes.  Los donantes eran muy escasos y los fármacos inmunosupresores limitados.

Para realizar los trasplantes de hígado en Chile hubo que crear todo desde el comienzo: protocolos clínicos, conseguir fármacos y soluciones de preservación, entrenar y capacitar al equipo médico y profesionales de apoyo, activar y organizar la donación y procura de órganos, conseguir los recursos físicos y económicos, etc.

Desde nuestro primer trasplante hepático el año 1985, hace 39 años, logramos consolidar progresivamente esta actividad y desde el año 1993 se fue fortaleciendo, al crearse otros centros de trasplante hepático en hospitales privados, universitarios y dos hospitales públicos. Generamos una organización para la procura de órganos, conseguimos recursos para financiar los trasplantes del sistema publico y regular el sistema privado, aportamos activamente en la promulgación de la ley de trasplantes de 1996, se confeccionaron los protocolos nacionales y se publicaron los resultados clínicos.

Hoy día el trasplante hepático en Chile es una rutina en centros de alta complejidad, con resultados de nivel internacional, tecnología actual y equipos humanos muy bien capacitados, solo limitado por la escasez de donantes.

¿Qué avances recientes en cirugía cree que son los más prometedores?

La evolución de la cirugía a procedimientos mínimamente invasivos, disponibilidad de innovadora tecnología en equipos e instrumental, con modelos de gestión que favorecen la reducción de la estada hospitalaria y el alta precoz, son grandes progresos. Ello en un contexto de humanización del trabajo médico, preocupados por la seguridad y calidad de la atención, trabajando en equipo, utilizando protocoles estandarizados y con medición de resultados, incluido la satisfacción de paciente.

¿Qué consejo les daría a los jóvenes cirujanos que aspiran a hacer una contribución significativa en su campo?

Que se entrenen y formen adecuadamente, tengan luego una experiencia internacional en centros académicos de prestigio, ejerzan en un campo donde puedan realizar en plenitud y con calidad las terapias necesarias, abiertos a los cambios del conocimiento y la innovación. Deben concurrir regularmente a los cursos y congresos de su especialidad, estudiar permanente la literatura emergente.

Para quienes se desempeñen en centros regionales de menor complejidad o con limitaciones para resolver casos difíciles, tengan la capacidad de atender bien la patología frecuente y derivar a los centros de mayor experiencia lo que corresponda.

¿Qué considera que es lo más importante en la formación de un cirujano?

Es fundamental que los cirujanos se formen en centros calificados, con mentores que transmitan conocimientos, técnica, en un modelo de profesional íntegro, ético y centrado en la necesidad de sus pacientes, creando hábitos y conductas propias de la profesión quirúrgica. Fomentar el interés por la investigación clínica y la educación médica.