El doctor Alejandro Goic (1929-2021)
El 20 de abril de 2021 falleció el doctor Alejandro Goic Goic, una de las figuras más destacadas de la medicina nacional.
Homenaje a Dr. Alejandro Goic por el Dr. Humberto Reyes (21 d abril de 2021)
Hijo de inmigrantes croatas, nació en Antofagasta el 22 de junio de 1929. Su educación primaria y secundaria transcurrió en el Colegio San Pedro Nolasco, en Santiago. Cursó estudios de medicina en la Universidad Católica de Chile y en 1955 recibió el título de Médico-Cirujano, otorgado por la Universidad de Chile.
Casado con Carmen Jerez Horta, formaron una familia con cinco hijos: Alejandro, Andrea, Juan, Carmen y Paulina.
Se especializó en Medicina Interna con una beca del Ministerio de Salud en el Hospital del Salvador, cumplió la post beca en el Hospital de Temuco y regresó a Santiago, incorporándose a la planta médica del Servicio y Cátedra de Medicina del Hospital del Salvador, donde desarrolló la mayor parte de su carrera asistencial y docente. Desde un comienzo fue gratamente apreciado por sus alumnos, sus pares y por el profesor doctor Hernán Alessandri Rodríguez, su maestro y modelo clínico y docente. Becas internacionales le permitieron estadías de perfeccionamiento profesional en las Universidades de Oklahoma y Harvard. Al regresar a Chile reanudó sus actividades universitarias destacando sus condiciones de líder en el pensamiento y la acción, en temas de atención en salud y educación médica.
A consecuencias de la reforma universitaria, la Universidad de Chile fraccionó la Facultad de Medicina en cinco sedes y el doctor Goic fue elegido decano de la Facultad Oriente. A pocos años la Facultad fue reunificada y el doctor Goic fue elegido decano, durante dos períodos consecutivos (1986-1994).
Frente a la catastrófica intervención gubernamental sufrida por la Universidad de Chile y otras (1973-1990), el doctor Goic destacó por un liderazgo claro y valeroso al expresar sus críticas, públicamente, convirtiéndose en uno de los referentes de la visión universitaria, en el período que se conoció como “la rebelión de los decanos”.
Durante su decanato estimuló la modernización de los estudios de las carreras de la salud, en pre y post título, ampliando programas de Magister y creando el Doctorado en Ciencias Biomédicas. La docencia de ética médica fue una de sus principales preocupaciones, adscribiéndola como disciplina regular en el plan de estudios, junto con temas históricos y humanísticos. Impulsó la implementación de técnicas computacionales en la Biblioteca Central de la Facultad y consiguió la adscripción a ella del Museo Nacional de Medicina.
El prestigio y ascendiente adquirido en educación médica respaldaron su elección como presidente de la Asociación Chilena de Facultades de Medicina, su membresía en el Consejo Superior de la Universidad de Chile, en el Consejo Superior de Educación del Ministerio de Educación, y su participación en numerosos comités de estudio sobre temas de desarrollo universitario, profesional, gremial, de atención médica y salud pública, asesorando a las universidades, la Sociedad Médica de Santiago, el Colegio Médico de Chile.
Desde muy joven se interesó por el progreso de la Revista Médica de Chile. Fue su editor jefe durante veintiséis años, modernizando el proceso editorial, estimulando su inclusión en las principales bases de datos de revistas científicas y consolidando su posición de revista médica emblemática de nuestro país.
La claridad de su pensamiento clínico y la identificación de la semiología como herramienta básica del actuar médico lo impulsaron a diseñar y dirigir la edición de “Semiología Médica”, libro que reúne la experiencia de connotados profesionales de nuestro país, se ha publicado ya en cuatro ediciones y -en palabras del doctor Goic- “ha sido acogido como texto de estudio por generaciones de jóvenes estudiantes de medicina en nuestro país y en otras latitudes”.
Su vasta cultura lo estimuló a publicar libros que son referentes bibliográficos apreciados: “Ensayo sobre la Educación Médica en Chile”, “Pensamiento universitario”, “El fin de la medicina”, “Grandes médicos humanistas”, “Conversaciones con Hipócrates”. En 2019 apareció “Columnas ciudadanas”, una recopilación de artículos publicados desde 1974 en diversos órganos de prensa, que expresaron sus reflexiones y recomendaciones sobre cuestiones que guardaban relación estrecha con el acontecer nacional. En ellos dejó en claro la profundidad de su pensamiento, adoptando una posición definida y fundamentada en temas que abarcan el origen de la vida humana y el aborto terapéutico, la muerte cerebral y los trasplantes de órganos, el concepto de “eutanasia”, opciones de justificación a las huelgas de médicos y los “turnos éticos”, y muchos otros, resaltando la complejidad que tienen las decisiones éticas durante el ejercicio de la medicina clínica.
Numerosas sociedades médicas científicas lo nombraron miembro activo u honorario, en Chile y países de las Américas y España.
En 1989 ingresó como Miembro de Número en la Academia Chilena de Medicina, institución que presidió entre los años 2000 y 2010, impulsando la formación de grupos de estudio con participación de académicos y expertos externos invitados, que elaboraron documentos señeros en que se expresó la opinión de la Academia sobre temas contingentes en educación médica, salud pública, ética profesional, dirigidos a la opinión pública y a las autoridades pertinentes.
Entre las distinciones que recibió destacan “Maestro de la Medicina Latinoamericana”; “Maestro de la Medicina Interna Chilena”; “Medalla Centenario” de la Organización Panamericana de la Salud; “Medalla Rector Juvenal Hernández Jaque” y “Profesor Emérito” de la Universidad de Chile; “Condecoración de la Orden de la Cruz del Sur, en Grado de Collar” del Ministerio de Salud de Chile; “Miembro Honorario de la Academia Científica de Estudiantes de Medicina de la Universidad de Chile”.
En el año 2006 recibió el Premio Nacional de Medicina.
Difícilmente se podría sintetizar su vida con mayor precisión que lo expresado por él mismo al agradecer ese premio: “…haberme esforzado por ejercer la medicina en forma responsable y humanitaria, y no haber restado mi participación en ninguna iniciativa que contribuyera al progreso de la medicina y la educación médica…con la necesaria dosis de entusiasmo, y tal vez pasión, que he puesto en todas las actividades que he emprendido en mi vida profesional y académica”.
En este homenaje a un hombre excepcional, no debemos omitir sus méritos como esposo, padre, abuelo, bisabuelo y amigo entrañable.
_____________________________________
Dr. Humberto Reyes Budelovsky
Miembro de Número, Academia Chilena de Medicina
Homenaje a Dr. Alejandro Goic por el Dr. Humberto Reyes (6 de mayo de 2021)
El doctor Alejandro Goic fue un hombre de gran inteligencia, con una visión optimista de la vida, afable, respetuoso de los demás cualquiera fuese su condición social o económica, que supo hacerse respetar sin necesidad de recurrir al autoritarismo. Era cordial, siempre receptivo para quienes requiriesen su consejo o ayuda, ameno en sus conversaciones, matizadas con toques de sano humor. Tenía ideales claros y trataba de cumplirlos con entusiasmo y a plena cabalidad, defendiéndolos con honestidad y firmeza intransables. Los focos principales que iluminaron su vida fueron el amor por su familia, su país, su profesión, y las instituciones en que volcó su quehacer. Y los que tuvimos el privilegio de ser sus amigos siempre recibimos una frase amable, un pensamiento positivo y un estímulo espiritual que nos ayudó a sobrellevar muchas penurias.
En síntesis, fue un hombre de bien que hizo muchas cosas en su vida, convirtiéndose en una persona cuyo recuerdo quedará inserto en la historia de nuestras instituciones. Documentos recientes, al alcance de todos nosotros y la comunidad nacional han resaltado su actuación como líder de opinión y acción, educador médico, editor de la Revista Médica de Chile, consultor de instituciones de salud y gremiales, editor-fundador de un texto de semiología médica, autor de numerosos libros y artículos de prensa. Hoy, al rendirle este homenaje, debo centrarme en la institución que nos convoca.
Ingresó como Miembro de Número en 1989 y fue su presidente desde el año 2001 al 2010. En ese lapso hubo cambios importantes y un gran progreso institucional, de lo cual destacaré cuatro ejemplos:
- Se redactó y aprobó una modernización del Reglamento de la Academia, incluyendo por primera vez un Comité de Postulaciones.
- Se creó la “Fundación Academia de Medicina de Chile”, que facilita un funcionamiento más ágil en algunas materias administrativas, la realización de proyectos específicos y la recaudación de recursos económicos.
- Se implementó la página web de la Academia, que hoy beneficia a todos sus miembros, dentro y fuera del país, y al público en general.
- Organizó y presidió la XIX reunión del Consejo Directivo de la Asociación de Academias Nacionales de Medicina de Latinoamérica, España y Portugal (ALANAM), que se efectuó en Santiago, en septiembre de 2010, con la asistencia de delegados de trece Academias de Latinoamérica y España, en torno a los temas “Situación de salud en Latinoamérica” e “Investigación en Medicina y Salud”. En su informe final agradeció la ayuda recibida de miembros de la Academia, a nuestra secretaria y personal administrativo, y muy en particular al doctor Rodolfo Armas Merino.
La visión que sostuvo el doctor Goic de esta academia combinaba el anhelo de innovar con el respeto a la tradición, sintetizados al declarar “La Academia Chilena de Medicina es una institución docta y honorífica, …, que constituye un espacio de libre reflexión intelectual, destinada al cultivo y promoción de la Medicina y a distinguir a aquellos médicos que se han destacado por sus dotes personales y una trayectoria profesional y académica sobresaliente”.
Quiero destacar su rol como padre de familia, con una guía firme y benévola. En su juventud conoció a Carmen Jerez Horta, siendo ambos dirigentes de organizaciones estudiantiles. Alejandro y Carmen se casaron y tuvieron cinco hijos: Alejandro, Andrea, Juan, Carmen y Paulina. Su esposa -conocida cariñosamente como “Pirula”- falleció a temprana edad, y sus hijos expandieron la familia con cuatro nietos y una bisnieta. Esta familia lo acompañó en los tristes años en que sucesivos eventos de salud terminaron con su vida, siendo atendido cordialmente por numerosos especialistas, pero, muy en particular, por quien Alejandro concebía como elemento fundamental de la atención en salud: el “médico de cabecera”, rol que desempeñó abnegadamente el doctor Emilio Roessler, con sabiduría, respeto y afecto.
Alejandro estaba muy orgulloso del origen croata de sus ancestros. Su padre, don Iván Goic Kuscevic (conocido acá como “don Juan”) y su madre, la señora Ivka Goic Kusanovic (“doña Juanita”) llegaron a Chile siendo muchachos, desde la isla Brac, en el mar Adriático, frente a la costa de Croacia. Se conocieron en Punta Arenas, se casaron y luego se trasladaron a Antofagasta, donde nacieron sus tres hijos: Nevenka, Cedomil y Aleksandar Simun, quien posteriormente castellanizó y abrevió su nombre a “Alejandro”. Nuestro Alejandro realizó una ímproba labor reuniendo testimonios, documentos y fotografías que le permitieron resumir las biografías de decenas de parientes consanguíneos y políticos que llegaron a Chile como emigrantes desde Croacia. Ello le permitió imprimir un libro que tituló “Del Adriático al Sur del Pacífico”, en cuya dedicatoria expresó la intención de (cito) “rendir una suerte de tributo espiritual a los primeros emigrantes dálmatas, hombres y mujeres de acendrada fe religiosa, cuyos restos descansan hoy en tierra chilena, en la paz del Señor”. Con ellos se ha reunido ahora Alejandro Goic.
__________________________
Dr. Humberto Reyes Budelovsky
Miembro de Número, Academia Chilena de Medicina