Dr. Enrique López Caffarena (1926-2021)

El 26 de este mes falleció el Académico Honorario de nuestra Academia Dr. Enrique López Caffarena. Fue médico internista y trabajó a lo largo de su profesión en el Hospital San Juan de Dios de Santiago. Ahí se formó primero en medicina interna y luego en endocrinología siendo un activo participante en las actividades asistenciales, docentes e investigativas que había en ese grupo. Con los años llegó a ser el jefe de la unidad de endocrinología. Uno de sus legados importantes fue el de los estudios sobre cáncer de tiroides, acumulando una casuística enorme, pero lo que es más importante, es que el seguimiento de esos enfermos fue por un tiempo muy prologado; a aquellos que no concurrían a sus controles los iba a buscar a su residencia aunque vivieran en zona rurales aisladas.

Enrique fue socio activo de las Sociedades Chilena de Endocrinología y Diabetes y Médica de Santiago-Chilena de Medicina Interna, en ambas fue miembro de sus directorios y alcanzó la presidencia y en ambas culminó con el nombramiento de socio honorario.

Durante su labor en la Sociedad Médica de Santiago- Sociedad Chilena de Medicina Interna se enteró que desde la década de 1960, ésta y el American College of Physicians, – sociedad de medicina interna principal de los Estados Unidos de Norteamérica y la más grande e influyente del mundo- tenían un convenio en virtud del cual dos representantes del College venían a Chile a dictar anualmente un curso de actualizaciones y que el College ocasionalmente había ofrecido becas para que médicos chilenos recibieran algún adiestramiento en Estados Unidos. Se enteró asimismo que los médicos chilenos podían incorporarse como miembros del College. Con el mismo tesón con que siguió a sus pacientes con cáncer de tiroides, comenzó una campaña para que nosotros, los médicos chilenos ingresáramos al College. Nos perseguía uno por uno para que formalizáramos nuestro ingreso y logró que muchos comenzáramos a concurrir a las reuniones anuales en Estados Unidos. La directiva del College siguió con interés este proceso y especialmente reconoció el esfuerzo y éxito de la acción de Enrique quien ya era conocido y tenía real amistad con muchos de ellos. Muchos ya se referían a él como Kiko. Así, en 1983 el College reconoció a Chile como una “Región Afiliada” y en 1987 como “Región”, tal como las de su país. Hasta ese momento solo existía de fuera de Estados Unidos un Capítulo de México. Obviamente Enrique López fue nuestro primer Gobernador función en la que estuvo hasta 1991. En 1992 fu nombrado “Master”, distinción máxima que concede la Institución y a la que no se postula sino que se es postulado. Actualmente el Capítulo chileno es robusto, ha tenido 10 gobernadores, el curso de actualización en Chile persiste y es una de las actividades más importante del año académico nacional, constantemente hay chilenos en los encuentros del College en Estados Unidos y en más de una oportunidad algún médico chileno ha representado al College en algún evento médico de países que no son USA ni Chile, varios médicos chilenos han alcanzad la nominación de “Master” y el Gobernador de la Región de Chile fie el primer presidente que tuvo el comité de asuntos internacionales del College.

En el inicio de este proceso la personalidad de Enrique fue decisiva: su increíble facilidad para relacionarse con las personas, su interesante combinación de asumir las tareas con la mayor seriedad y el mejor humor, su fe y constancia en lo que hacía, su facilidad para contar algún chiste o relatar un chascarro siempre oportuno y que distendía el ambiente. Kiko era muy espontáneo y acogedor. La medicina chilena debiera estar muy agradecida de haber contado en esa época con él que facilitó mucho el acercamiento de nuestra medicina con la norteamericana. Muy importante fue también Cecilia (Cilette) Galilea, la esposa de Kiko, que año tras año fue la anfitriona en las recepciones en su casa para los norteamericanos que a menudo venían con sus esposas a las que había que pasear.

Pero la medicina no era todo en Enrique. Tenía intereses diversos que surgían prontamente en sus conversaciones: Su familia que era todo su orgullo y preocupación, la fotografía teniendo su oficina en el hospital tapizada de imágenes; “María Ester” que es el campo familiar en Traiguén que tanto le encantaba y que es donde falleció; la equitación que cultivó hasta muy avanzada edad en el club de polo cercano a su casa y donde también fue un directivo de la institución. Todos estos intereses fluían y se entremezclaban en sus conversaciones.

La Academia Chilena de Medicina hace llegar un muy afectuoso y solidario saludo a Cillette, hijos y nietos. Queremos que ellos sepan que también esta es una dura pérdida para muchas personas e instituciones que tuvieron la oportunidad de conocer y compartir con este hombre tan especial. Para la Academia Chilena de Medicina fue un honor haber sido probablemente la última institución médica en la que participó Enrique.

Rodolfo Armas Merino
Presidente Academia Chilena de Medicina